Por Luis Martinez Alcántara
CIUDAD DE MÉXICO.- Claudia Sheinbaum, presidenta de México, respondió a la amenaza del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien anunció su intención de imponer un arancel del 25% a las importaciones desde México. En una carta enviada a Trump, Sheinbaum advirtió que “a un arancel vendrá otro en respuesta”, lo que podría desencadenar una escalada de medidas proteccionistas que perjudicarían a ambas naciones.
La mandataria enfatizó que no es con amenazas como se resolverán problemas complejos como la migración y el tráfico de drogas, sino a través de la cooperación y el entendimiento mutuo.
En su misiva, Sheinbaum destacó los riesgos que los aranceles representarían para las empresas automotrices estadounidenses que operan en México, como General Motors y Ford. Estas compañías podrían enfrentar graves consecuencias económicas, lo que a su vez afectaría el empleo en ambos lados de la frontera.
La presidenta subrayó que imponer impuestos adicionales no solo causaría inflación en Estados Unidos, sino que también podría resultar en una pérdida significativa de empleos en ambos países.
Además de abordar la cuestión de los aranceles, Sheinbaum hizo hincapié en la necesidad de un diálogo constructivo para abordar los problemas migratorios y el consumo de fentanilo. Mencionó que las cifras indican una reducción del 75% en los encuentros con migrantes en la frontera sur de EE.UU., sugiriendo que México ya está tomando medidas efectivas para gestionar la migración. Esto refuerza su argumento de que las políticas basadas en amenazas no son el camino adecuado.
Sheinbaum también propuso una conversación telefónica con Trump para discutir estos temas más a fondo y buscar soluciones conjuntas. La presidenta expresó su deseo de mantener una relación bilateral basada en el respeto y la igualdad, evitando cualquier tipo de subordinación. Esta postura contrasta con la relación más conciliadora que tuvo su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, con Trump durante su mandato.