Por Redacción:
Ciudad de México, martes 23 de septiembre de 2025. El video se volvió tendencia en horas: doña Cuquita —María del Refugio Abarca Villaseñor, viuda de Vicente Fernández— aparece en primera fila durante un show de Alejandro Fernández y, entre abrazos, da un beso al caballero que la acompaña. Las lecturas apresuradas hablaron de “nuevo novio”. La aclaración oficial llegó después: no hay romance; el hombre del clip es su hermano, identificado por la propia familia como Javier Abarca Villaseñor, adulto mayor que acompañó a la matriarca en la presentación.
La pieza viral fue captada en un concierto en Los Ángeles, parte de la gira con la que El Potrillo honra el repertorio de su padre. En el bloque más emotivo del show, cuando el público canta a voz completa los clásicos de Chente, la cámara del asistente que grabó a doña Cuquita también registró el gesto de cariño familiar que terminó encendiendo titulares. Medios de farándula y generalistas replicaron el fragmento durante la tarde y la noche, mientras se multiplicaban los hilos en redes.
La primera contranarrativa la lanzó la creadora y locutora Chamonic, quien pidió “parar el chisme” y precisó que el caballero del video era un hermano mayor de doña Cuquita. Varios portales retomaron su posteo; algunos consignaron el nombre como Jaime, otros como Javier. Horas más tarde, una versión de familia terminó de encuadrarlo: Javier Abarca Villaseñor, 92 años, el “misterioso acompañante” que las redes convirtieron en pareja inexistente.
Con la identidad aclarada, la nota deja de ser un “romance sorpresa” y se vuelve un recordatorio de contexto: en la dinastía Fernández, doña Cuquita es presencia constante en los conciertos de sus hijos y nietos, y su manera afectuosa de relacionarse con la familia —abrazos, besos en mejilla o muy cerca de los labios— ha quedado registrada en cámaras en múltiples ocasiones sin que por ello haya connotación sentimental fuera de lo familiar. Varios medios subrayaron justamente eso: se trató de un gesto de cariño entre hermanos, no de una presentación en sociedad.
¿Por qué prendió tanto? Porque el clip coincidió con un tramo del show particularmente cargado de nostalgia, porque la viuda de Vicente Fernández es una figura altamente simbólica y porque, en el ecosistema de farándula, los vacíos de información se llenan con hipótesis virales.
A falta de romance, sí hubo escena entrañable: la de una mujer que, a cuatro años de despedir al “Charro de Huentitán”, sigue arropada por los suyos, cantando cerca del escenario y sosteniendo la mano de su hermano nonagenario cuando la emoción aprieta. La imagen íntima —magnificada por el lente indiscreto de los celulares— sirvió para recordar que lo público y lo privado viven en fricción permanente cuando se trata de la familia más famosa de la música ranchera.
Con todo, la clarificación deja una moraleja útil: en tiempos de clips de 10 segundos, la verificación mínima (¿quién grabó?, ¿dónde ocurrió?, ¿quiénes aparecen?, ¿qué dicen los parientes directos?) suele llegar después de los juicios. Aquí, la etiqueta de “novio” se desinfló en cuestión de horas ante nombres y parentescos concretos; aun así, la pieza ya había corrido su maratón viral.
En suma: doña Cuquita no “estrenó pareja”; el beso que incendió los titulares fue familiar y tuvo como destinatario a Javier Abarca Villaseñor, su hermano mayor. El resto fue el combustible habitual de las redes —edición, suposiciones, ansias de primicia— aplicado a una figura que, por historia y afecto del público, nunca pasa inadvertida cuando sale a aplaudir a los suyos.