Por Monserrat Californias
El informe más reciente del Inspector General del Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló una red de espionaje operada por cárteles mexicanos contra agentes del FBI y la DEA.
De acuerdo con Reuters y El País, un hacker contratado por el Cártel de Sinaloa accedió a información del teléfono de un agente del FBI en México, mientras que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) espió a personal de la DEA durante un juicio clave. Las revelaciones han encendido alertas sobre el nivel de sofisticación tecnológica del crimen organizado.
En el caso del Cártel de Sinaloa, el informe detalla que en 2018 se hackeó el dispositivo de un agente del FBI acreditado en la embajada de EU en México. El acceso permitió rastrear sus llamadas, ubicaciones, reuniones y contactos. Además, el hacker logró infiltrarse en el sistema de video vigilancia de la Ciudad de México, con el objetivo de monitorear a informantes que colaboraban con el Buró. El objetivo era claro: ubicar, intimidar y eliminar testigos.
Aunque el informe no detalla el número de víctimas, sí menciona que el grupo criminal utilizó esta información para asesinar a informantes. No se precisa si el acceso fue a cámaras públicas o privadas, pero las autoridades mexicanas respondieron que los hechos ocurrieron bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera. El C5 aseguró que actualmente su sistema de vigilancia cuenta con candados de seguridad para evitar intrusiones de este tipo.
En paralelo, la DEA informó que el CJNG espió a sus agentes y colaboradores durante el juicio de Rubén “El Menchito” Oseguera en EU. Según el agente especial Matthew W. Allen, el cártel identificó y vigiló a informantes, incluso atacando a sus familiares como represalia. En uno de los casos más alarmantes, se denunció el asesinato de la hija de un informante y de un soldado mexicano en un acto que fue descrito como terrorismo paramilitar.
Las autoridades estadounidenses han advertido que estos casos representan una amenaza directa contra sus ciudadanos y funcionarios, tanto en México como en su territorio. El espionaje tecnológico por parte del crimen organizado refleja su creciente capacidad para vulnerar sistemas de seguridad nacionales e internacionales. Ante esto, el gobierno de EU ha solicitado mayor cooperación y protocolos más estrictos en el intercambio de datos y protección de informantes.